La sutileza del cine de Wong Kar-Wai

Daniela Mesa Cardona
5 min readFeb 8, 2023

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Wong Kar-Wai es un cineasta hongkonés reconocido por hacer parte de la Hong Kong Second wave cinema movimiento que se da entre la década de los ’80s y ’90s, siendo así predecesora de la Hong Kong New Wave. Debido al auge de la televisión en las décadas anteriores ésta pretende reavivar el cine y devolver el interés a los espectadores. El movimiento es comparado con el de la Nouvelle Vague francesa del que eran partícipes François Truffaut y Jean Luc Godard, de esta forma, las producciones realizadas bajo estos periodos en Hong Kong escapan de los márgenes del género de las artes marciales y la acción. Este director empieza a hacer uso de unas narraciones que diferían de las acostumbradas, y a pesar de hacer unos filmes que son catalogados como comerciales en su país, ha encontrado reconocimiento en grandes festivales de cine independiente en los que ha sido galardonado por la genialidad de sus trabajos.

Llamado poeta de la imagen, su manera de hacer cine es mediante el uso de guiones no detallados y, por lo tanto, sujetos a modificación, lo cual permite que los actores tengan que hacer una elaboración más completa de sus personajes; su estilo narrativo es no-lineal y, generalmente, localiza sus historias o usa elementos de la década de los ’60s, de igual forma, es muy frecuente encontrar el uso de plano-detalles y ralentis.

Por medio de la fluidez que lo caracteriza como director ha sido capaz de plasmar en sus películas sencillas historias que permiten develar la complejidad que entrañan las relaciones humanas, así, por medio de detalles, que podrían parecer minúsculos pero que realmente son importantes y están entregados con sutileza al espectador, Wong Kar-Wai narra por medio de objetos, gestos y piezas musicales que acompañan el desarrollo de los filmes.

Las casas pequeñas y usualmente compartidas, son los lugares donde viven los personajes, en estos se hacen usualmente tomas desde la puerta de las habitaciones o los pasillos que dan un sentimiento de atiborramiento. Las tomas desde vidrios o ventanas hacia los interiores para dar un alejamiento al espectador y que éste logre una visión objetiva, pero, el mecanismo también funciona a la inversa, pues las tomas que se hacen desde el interior hacia los exteriores enseñan calles desoladas, lo cual refleja la situación de los personajes.

En los filmes Chungking Express (1994) e In the mood for love (2000) el quid de ambas historias se encuentra en relaciones amorosas que se terminan o están debilitadas y en el deseo oculto de construir unas nuevas que no logran materializarse; de este modo se entrelazan dos historias a través de casualidades que son contadas desde las perspectivas de dos de los personajes, lo cual los convierte en narradores. El juego con los gestos y las miradas es una técnica usual en su cinematografía, así: las miradas hacia el regazo, la inclinación leve de la cabeza hacia un lado, las miradas discretas cuando el otro no se entera y las invitaciones a comer o el acompañamiento en actividades del otro se convierten en significativas.

Es en Chungking Express, donde la proximidad de desconocidos en encuentros fortuitos une a los protagonistas, en esta película, especialmente la participación de Faye Wong, cantante y a la vez protagonista de la cinta, la que da fuerza a la música que en ella aparece, así, a partir de su interpretación de Dream Person, cover que realiza de la canción Dreams de la famosa banda irlandesa noventera The Cranberries, establece la pauta del enamoramiento que está sufriendo y que acompaña su constante soñar despierta, así mismo, su versión de Bluebeard de Cocteau Twins y su deseo de volar a California para hacer su vida es lo que la lleva a repetir sin descanso California Dreamin’ afamada canción de The Mamas and the Papas.

Como muy bien se aprecia en In the mood for love, la inigualable Yumeji’s theme de Shigeru Umebayashi, que luego será retomada con unas modificaciones para su película con aire estadounidense My blueberry nights(2007), acompaña las bellas escenas de encuentros furtivos en el restaurante de fideos, entradas y salidas que son conducidas por la melodía de esta canción y que marca sus pasos, mientras se observa en las tomas la lluvia que cae y la luz tenue una lámpara vieja en un poco transitado callejón; además de esto, Deseando amar, como es traducido el título del film al español, cuenta a su vez con varias canciones interpretadas por Nat King Cole que destacan la fuerza de la circunstancias de los protagonistas como: Te quiero dijiste, Quizás, Quizás, Quizás y Aquellos ojos verdes, esos que dejaron en el alma de Chow Mo-Wan –el protagonista– una eterna sed de amar.

Una de las características que hace especial a la obra cinematográfica de este director es su eficacia para establecer un balance entre lo que quiere expresar en sus obras y su manera de representarlo fílmicamente, obteniendo una relación del espectador con las vivencias que descubre en la pantalla.

Por ejemplo:

I. La compra de comida también es una excusa para establecer un vínculo de cercanía con el otro. En Chunking Express esto sucede con la compra de comida enlatada en un minimercado, de cerveza en un bar y de ensalada romana en un pequeño negocio de comida rápida, en In the mood for love en la compra de fideos y en las invitaciones a cenar como también sucede en Fallen Angels y Happy Together.

II. En In the mood for love no se ven a las parejas de dos vecinos solitarios que empiezan una amistad, éstos se enamoran pero nunca llegan a tener una relación por respeto a sus matrimonios, así que el vínculo que logran realizar se da por medio de invitaciones a comer y de salidas en tiempos similares a comprar fideos, al final de la películas ambos descubrirán de la infidelidad de sus compañeros entre ellos por el hecho de que ambas mujeres tienen el mismo bolso el cual ha sido un regalo y que ha aparecido antes en el film como símbolo de otra infidelidad cuando la mujer fiel le pide a su esposo que del viaje de negocios que se propone realizar traiga dos bolsos, uno para la esposa de su jefe y otro para la amante del mismo.

III. En Chunking Express las latas de piña se vuelven muy importantes porque simbolizan una relación rota, las ensaladas son el reflejo de los estados de ánimo, el trapo viejo y agujereado que destila agua es el estado sentimental de uno de los personajes. En Fallen Angels la lata de piña caducada vuelve a aparecer pero esta vez deja mudo a un personaje y connota el momento en que a su madre la mató un carro de helados y quedó solo con su padre, el mismo personaje luego se hará heladero.

Sólo puedo concluir enfatizando el gusto que siento por estas cintas y cómo me hace comprender que la obra de arte logra una semiosis del mundo, pues aunque el arte sea hecho en el plano de la realidad crea un nivel que se le sobrepone y es donde se encuentran todos los simbolismos, las polisemias y las connotaciones a las obras, de esta manera se encuentra la experiencia en la expresión y el contenido de las obras, o sea, que puede haber una relación en los aspectos sintácticos o semánticos de ellas, siendo importante su logro por relacionar al espectador con sus códigos culturales y que lo hacen tener una visión particular y subjetiva.

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