El problema de la imitación: entre mímesis y diégesis
Hoy en día como el relato mimético ha sido superado se remite en muchos casos a la impresión inmediata, pero se mezclan los dos estados aristótelicos de placer generados por la obra; en contraposición a la mimesis se posiciona la diégesis que busca crear su propio mundo, como en ambas es fundamental la figura del narrador, esto nos remite directamente a la literatura en donde las novelas históricas estarían ejecutándose como herramientas miméticas del arte y la literatura fantástica o de ciencia ficción a la diegética, en cuanto a las otras artes, por ejemplo en la pintura, es sencillo recurrir a las Naturalezas muertas o Bodegones como una muestra de la habilidad imitativa de los artistas, pero qué sucede con las obras griegas y medievales en donde se intenta recrear a los dioses, el problema surge en que no se tiene un conocimiento sensorial y por este me refiero a uno visible y audible y no a la experimentación de los mismos en el espíritu, cómo si no por medio de la sustentación mística y religiosa las obras de los dioses son miméticas, pues de lo contrario deberían ser tenidas como sus contrarias, diegéticas. También hay un ejemplo parecido en la escultura, si en los templos se dispone la estatua de un dios y se acude a él para ofrecer ofrendas y rezos, es porqué el dios está allí o porque por medio de esa estatua se hace está haciendo una referencia al dios, es mimético porque se pretende imitar la realidad –pero una que se desconoce– y si se comprobara hoy y no hubiera ninguna duda de que los dioses nunca han existido, este tipo de representaciones y en parte, el uso que se le ha atribuido a los conceptos, no quedaría invalidado, entonces cuando encontramos una llanta de yeso en una sala de exposiciones ahí si es una imitación fiel de la realidad o el artista esconde un relato detrás de su obra.
Por otra parte existen muestras más modernas en el arte, algunos productos de las vanguardias podrían ser considerados como diegéticos pues son la creación de movimientos y artistas con visiones diferentes sobre el mundo, la vida y la experiencia, pero si por ejemplo, el abstraccionismo que buscaba contraponerse a un figurativismo, que por ahora puede ser mimético, no es imitativo porque no vemos un parecido con algún referente real en el mundo pero que como el impresionismo busca mostrarnos cómo el artista experimenta el mundo, deberíamos acaso seguir pensando en éstos como diégesis, de igual forma, si una pintura figurativa nos presenta a un referente real pero está enseñándonos una escena imaginada, como en las que salen demonios y dulces hadas de Absenta la ilusión de una mimesis desaparece, pues no sólo basta que se copie la apariencia externa de las cosas, lo imitado debe ser presuntamente real.
Con el surgimiento de la fotografía la imitación de la realidad nunca pudo ser mejor lograda, pero hoy no sólo se fotografía para mostrar el mundo y sus elementos, sino que se altera y se reconstruye lo real que se encuentra ahí representado, también se crean universos internos que se manejan bajo sus propias reglas, mundos ficticios y fantásticos, similar a las primeras etapas del cine en las que el hombre logró la captura del movimiento de escenas cotidianas, pero que no demoró mucho en empezar a construir sus propios relatos, pues éste siempre está construyendo realidades y organizándolas a partir de la mirada del ojo del realizador, del lente del cinematógrafo y del espectador, no importa si hay actores naturales o si es cine documental, la intervención y la organización de la cinta en postproducción ya está cargando de significados específicos a los mismos.
Ahora bien, la intención del escrito era encontrar lo que le pareciera a uno una buena imitación, pero yo encuentro que en la obra no sólo hay imitación sino que también está presente la diégesis, la separación entre poesía e historia hecha por Aristóteles era absolutamente indispensable pero hasta la historia misma ha demostrado ser una creación en donde no siempre hay objetividad, yo sé que todo corresponde a si hay referentes reales y a sus modos de narración, pero en otras formas de arte se torna impreciso aceptar esta división, no sólo la obra nos comunica elementos reales y objetivos, también nos engaña un poco, juega con nosotros y nosotros también le atribuimos más de lo que posee, cuando encontramos una obra que nos gusta no sólo nos maravillamos con su ejecución sino también con la cercanía que puede establecer con nuestras vivencias personales, y es por esto que para mí una buena imitación de la realidad puede serlo una novela como Nieve de primavera de Yukio Mishima, en donde aspectos históricos, culturales y personales del autor se mezclan con ficción o una fotografía de Man Ray como Space Writing que tiene un referente real en el mundo al que ha sido superpuesto una modificación o una película como Her de Spike Jonze que nos cuenta cómo sería enamorarnos de nuestro Sistema Operativo pero al mismo tiempo nos está mostrando el estado de las relaciones interpersonales de la contemporaneidad.